martes, 22 de abril de 2014

Sinceridad

Me gusta la soledad
me gusta tu compañía
me gusta cuando se producen los encuentros
todo fluye...
me llena de sonrisas
y me sale un te quiero
sin esfuerzo

Pero si te alejas...
ya no te puedo "ver"
te siento distante
y me da miedo
y se me encoje el estómago
y pienso que estás mal...

pero me doy cuenta,
que la que está mal soy yo
que quiero darte cariño si lo intuyo...
y quien lo necesita soy yo

Pero no sé pedirlo,
no acepto fácilmente en mi la debilidad
porque implica necesidad 
y me da miedo si hay rechazo o abandono
porque entonces, seré yo quien no me amo.

¿Porqué es importante estar bien con uno  mismo?
Porque cuando estemos a falta de ternura
podamos pedirlo, sin exigirlo
comprenderlo si no lo tenemos
para que a pesar de todo,
no busquemos la responsabilidad de nuestro bienestar en el otro.

Lo comparto contigo
me muestro vulnerable
hoy necesito cariño
un abrazo
una sonrisa
un mimo
nada más

pero si no puedes 
tranquilo,
yo estoy conmigo.
Todo está bien.


REFLEXION

Cuando escribí este poema me salio tal cual, una mezcla de experiencias vividas y aprendidas que a mi me sirven. Entiendo que cada uno lo recibirá según sus experiencias. Me han dicho que es conformista y por ello quiero explicar el sentido con lo que lo escribí.

A veces no sabemos lo que  necesitamos, estamos confusos y tan solo una caricia, una sonrisa, un abrazo, detalles sencillos nos reconfortan. 
También pienso que tenemos que pedirlo y no esperar que sea la otra persona quien lo adivine...porque si no, se lo reprocharemos y crearemos un conflicto que nada tiene que ver con nuestro malestar de origen.
A mi parecer, cuando doy algo, es porque quiero hacerlo sin que eso suponga un compromiso. Recibo tan solo con el placer de ofrecerlo.
Por supuesto, igual que se producen los encuentros de manera natural, si cuando necesitamos ese abrazo, ese cariño y nunca está...tal vez entonces haya demasiados desencuentros y será el signo de que la relación llama a su término y hay que aceptar.
Y si necesitamos todo el tiempo que nos reconforten, entonces igual hay que plantearse que no estamos afrontando nuestro problema dejando la resolución en las manos del otro, para que nos dé, el amor que nosotros no podemos darnos.
Cuando las cosas se hacen por obligación, aparecen los compromisos y por ende los conflictos.
Cuando realmente amamos, nos llena de dicha, la felicidad del otro aunque no sea a nuestro lado. Y para que esto sea posible, entiendo que tenemos que amar la piel que habitamos,para poder comprenderlo.
Sé que no es fácil, pero cuando se siente esto, es el paraíso de los momentos compartidos.
Yo no creo que me conforme, porque no viviré un amor menor que este. 
Mi soledad es muy preciada para mi, al igual que mi libertad, tanto así, ¿qué cómo no voy a respetar la del otro?

Pero lo más importante es que si una relación nos quita más de lo que nos da, es decir, nos daña más que hacernos bien, no nos aporta o solo hay indiferencia, ¿eso es lo que queremos para nosotros? Es nuestra elección y por tanto nuestra responsabilidad de quedarnos o irnos.

Bueno, hasta aquí mi aprendizaje...que está en constante evolución y según descubra compartiré con vosotros.

Un abrazo cálido para todos.


 

Carta a una mujer simpática

¡Hola corazón!

          ¡Pero qué bonita eres!  Nos conocemos por la cotidianidad de los almuerzos. Tú siempre detrás de la barra, en la cocina, mostrando la mejor de tus sonrisas. Luego una mañana cualquiera mientras comías, tuvimos una conversación espontánea y tu obsequio fue una croqueta. Me sentí abrazada por algo que me sale sin esfuerzo (y ese fue el detonante para escribir mi carta "un abrazo"). Otro día improvisado...nos vamos de ¡concierto! Bueno, solo te acompañé hasta la puerta porque mi viaje era otro. En el trayecto hablamos mucho, tanto...que por eso te escribo.

           Eres una mujer luchadora y entregada a la que mucha gente aprecia y estima. A veces el trabajo no es amable cuando los dueños solo valoran el dinero, que evidentemente no les satisface, porque son incapaces de recibir tu alegría y en vez de contagiarse...parece que en la rabia la rechazan y te aprietan...tal vez para no ver su propia amargura. No pueden entender que una persona sea feliz sin vivir para el dinero. Probablemente (entiendo yo) es como han crecido y lo tienen tan interiorizado que no se les ocurre ni cuestionarselo...porque si no, ¿quienes son ellos? y entonces eligen seguir sobreviviendo, en el circulo de lo negativo y la crítica. Allá ellos.

          Pero tú, eres ¡grande! chiquilla. Porque la simpatía que derrochas está contigo allí donde estás. Tristes se ponen aquellos que saben apreciarlo cuando te vas. Y todo este tiempo que las cosas se te ponen cuesta arriba...tú te mantienes al pie del cañón, con tu gran sonrisa y tus detalles. Un poquito de paella, un bocadillito de chistorra como a mi me gusta (ya no puedo trabajar sin ella, jaja). Yo te regalo esta carta porque es mi manera de agradecerte tus sonrisas y buen humor.  También están los clientes, te traen bizcochos, te aparcan el coche (en una calle imposible para encontrar aparcamiento), te regalan un móvil cuando el tuyo se murió, entran para saludarte, para que les contagies un poco de tu buen humor...es bonito, y un sinfín de detalles que están a nuestro alcance y nos hacen sentir queridos y unos con otros nos repartimos.

         Me alegra enormemente que así te sientas, que ames las cosas pequeñas, y que te des cuenta. Y vendrán tiempos mejores, o peores, pero lo que importa es el día a día de esos pequeños amores.

        Un placer conocerte, y que sepas que cuando me envías un vídeo de una mujer con sombrero porque te recuerda a mi, o abrazos y mil besos de una jirafa...siempre me hacen sonreír.

        Muchas gracias hasta aquí por lo compartido. Seguiremos viéndonos a diario e intercambiando buenos ratos. 

       UN ABRAZO DE ESOS QUE YA NOS HEMOS DADO

miércoles, 9 de abril de 2014

Carta a mi profesor de escritura

¡Hola Edward!

       Edward Rosset, un gran escritor al que yo no conocía y gracias a este taller de escritura es que he podido saber de ti, y estoy encantada de que seas mi profesor.
       Eres un hombre entrañable, de estatura mermada por la edad, cabello blanco propio de la misma, pero con una piel tersa y brillante que luce la lozanía de tu corazón.
       Tu voz es masculina con la que juegas divertidamente según el texto que interpretes.  Siempre vistes muy elegante y sencillo. Abrigos largos, gabardinas, te falta el sombrero. Tu otra acompañante incansable, tu cartera de cuero, donde guardas el material necesario para enseñarnos tu aprendizaje.
       Como profesor, para mi magnífico. Me entusiasma tu capacidad de escuchar, de respetar, de estar tan abierto a la creatividad, corrigiendo sin imponer. Tu humildad me sorprende gratamente, tan cercano, tan humano.
       Mucho es tu recorrido y continuas con la misma ilusión, escribiendo y viviendo el género histórico de aventuras (como un niño).  Recordando tus comienzos con tal calidez, que me conmueve. Valorando el trabajo de cada uno sin exigir, pidiendo opiniones y mostrando tus dudas con naturalidad. Devorador incansable, ahora te atreves con guiones, tarea difícil no solo por ser diferente a escribir un libro, si no por adaptarlo del tuyo. Espero que tengas suerte y que tu libro y guión LOS NAVEGANTES acabes viéndolo en película.
       Realmente este es un grupo muy agradable. Cada uno escribimos diferente, pero todos aportamos. Son clases para mi, muy enriquecedoras en muchos aspectos, porque me estimula que no me marques sino que me sugieras, porque disfrutas con lo que escribimos. Admiro tu sentido del humor y que admitas cualquier diferencia motivando la improvisación.
       Todo un placer para mi compartir con vosotr@s la tarde de los martes, cada quince días. Siempre un gran encuentro.

       Muchas gracias profesor. Cuidate, quiero verte el año que viene otra vez, aunque no sea en esta biblioteca llena de encanto y sea otra, al fin y al cabo, los que creamos la magia somos nosotros, las personas, cuando nos tratamos como seres humanos, sin condición, ni edad, ni nación, con nuestra imaginación y corazón, como cuando eramos niños.

Un abrazo

UNA ESCRITORA DE EMOCIONES

Rescatadora de momentos