jueves, 29 de agosto de 2013

Carta a Pablo Alborán


 ¡Hola Pablo!

        Tu no me conoces y yo no te he entregado esta carta... pero igualmente quiero escribírtela porque eres un claro ejemplo de algo que quiero exponer.
        Apareciste cuando lo hiciste. Supongo tu creías en ti, y como has dicho en algún concierto..Diana Navarro también. Que alguien crea en lo que hacemos es un apoyo muy importante para no abandonar..
Gracias Diana.
        Eres un chico guapo, con una voz dulce que modulas extraordinariamente. Como músico y compositor maravilloso.  Yo no entiendo de eso, pero me llegas y eso es lo que me importa.
        Por supuesto, si algo me ha tocado el corazón es tu persona. Sencillo, natural, siempre dispuesto, cercano, humilde...valiente para decir lo que sientes respetuosamente.  En Inocente-Inocente caí rendida a tus pies...cómo una broma llevada de forma espontánea puede beneficiarte. Y además cantaste, valorando el estar de los allí presentes. Tú sólo, te ganas el calor de la gente... con el frío que hacia. Gracias por tu generosidad y comprensión.
        Pero no era aquí donde quería llegar.  Bien, eres un chico que aparentemente lo tiene todo...entonces ya te califican de perfecto. ¡Dios mío, socorro! ¡Qué responsabilidad! ¿Y porqué hay que ser lo si no lo son los demás?. Tal vez porque no aceptamos la  "imperfección" y entonces necesitamos pensar que alguien puede ser "perfecto"....y nos mantenemos ocupados imitando a nuestro ídolo, huyendo de nosotros distanciándonos quienes somos.
        ¿Y la pesada cruz que te ponemos Pablo? claro, porque si  haces algo no aprobado por nosotros...¡zas!...decepción.  ¡Toma ya!. ¡No permitimos, ni aceptamos que seas! porque sino..hay que cuestionar la perfección que tanto anhelamos alcanzar...para sentirnos queridos y darnos valor.
        ¿Acaso tu no tienes tus estados "malos"?, que por otra parte, comprendo te aportan otra visión para tus canciones...más cercanas a nuestra realidad. (A excepción de tus incondicionales que te quieren como eres porque les gustas todo TU).
        Y es posible que eso que criticamos en las personas que idealizamos y decidimos han de ser perfectas...no son más que proyecciones de nuestras miserias que no queremos ver, porque nos obligaría a aceptarnos y entonces asumir responsabilidades.
        Yo cuando me acepto me siento más libre...aunque tengo que interiorizarlo para que salga de forma espontánea como me ha salido esta carta.  Haciendo, haciendo, dentro se va metiendo, como todos lo prejuicios que hemos alimentado todos estos años.
        Creo que está a la orden del día.  Necesitamos creer en alguien para demostrarnos que nosotros no somos lo suficientemente buenos y poner la esperanza en que es posible la "perfección"..¿si no, porqué el esfuerzo para conseguirla?.
        Sigue siendo como eres sin ocultarte.  Ahora estás en un buen momento y lo sabes, pero también eres consciente que se puede acabar. Y precisamente ese saber hace que no seas prisionero, recordándote que TÚ eres lo importante ,  no lo material con lo que puedas rodearte.
        Yo por mi parte te digo que sigas creciendo. Que goces tus instantes. Que veas a las personas como lo que son seres semejantes...Sé que lo haces, por eso ese aura que te acompaña...  Y que lo malo que aparezca...con tu sensibilidad, sabrás transformarlo en algo profundo y hermoso que nos emocione a todos.  Son las  cosas de  la vida.  Las que todos vivimos y que tu pones en palabras y en música que nos hace vibrar.

Gracias PABLO ALBORAN por tu talento y compartirlo con nosotros.

Fdo.: Alguien que no es fan de nadie y admiradora de todo lo que se hace con el corazón.

Rescatadora de momentos

miércoles, 28 de agosto de 2013

Carta de una madre desde el cielo

¡Hola corazón!

      Cuánto tiempo sin escribir.  Pensar en ti, todos los días. Igual que sé, tu piensas en mi, añorandome.
      Quiero decírtelo escribiéndolo para que quede plasmado y no sólo en el recuerdo. Que te quiero con locura, que esa, mi niña de 6 años que tanto me ha echado de menos piensa que me necesita, que sin una madre no puede vivir. Eres una niña adorable, con un cabello liso y hermoso.  Mi niña, te tienes a tí siempre, esa nunca puede irse sin ti. A mí, puedes mantenerme en el recuerdo si lo necesitas. No me busques más, no te atormentes intentando ser una hija ideal para que te den amor de madre.
      Mírate cariño, en quién te has convertido. Tú solita. No esperes que nadie te lo reconozca para reconocértelo a ti misma.
      Has formado una familia con dos hijos maravillosos y un buen hombre que te quiere. ¿Qué te falta para estar en paz?. No te preocupes del dinero. Has salido con mucho menos y tus hijos están preparados para salir adelante.  No ten pongas excusas para cuidar o nó a tu madrastra. Si quieres hacerlo, hazlo.  Si no quieres, no lo hagas.  No te sientas culpable por hacer o no hacer. Haz lo que de verdad quieras sin buscar una respuesta, sólo por el placer de hacerlo. Es real, no forzado y muy gratificante.
      Mi niña, tienes media vida hecha y la que te queda por vivir. Vuelve a tí, a mirarte, a conocerte, a disfrutar de la soledad de descubrirte. Ahora tu hija te da esa oportunidad al irse fuera.
      Tu sabes que tu padre y yo estamos donde estemos. Queriéndote siempre, sin juzgarte. Sólo amándote.
      Ahora ámate tú. Comprendete. Permítete hacer lo que sientes sin temor a no ser querida. ¿Acaso eres mala por no hacer lo que crees que los demás esperan de tí?. Y entonces, tú quién eres si no haces lo que quieres?. Y si lo haces, no te condenes.
      ¿Acaso ellos son malos por rechazarte?. Esa es la libertad tuya y la de ellos. Y está bien, así debería ser, y todo sería sencillo y armonioso.
      Porque si haces lo que debes estás haciendo un esfuerzo, lo que conlleva una respuesta que tu necesitas, y si no la tienes, te frustras, se lo reprochas al otro por no hacer el mismo esfuerzo que tú. ¿No te parece demasiado forzoso?. Para ambos.
      LIBERATE de esas trampas en las que todos caemos. Solo tienes que quererte tu. Amate con todos los sentimientos, con la rabia, el enfado, el egoísmo... te digo los que denominamos malos porque son los que rechazamos e intentamos constantemente cambiar.  Son los que son, y todos los sentimos aunque los ocultemos. Cuando los dejamos estar y no nos avergonzamos de ellos y por lo tanto de nosotros, poco a poco se van. Sin acumularse. Y te dan paso a la paz, al bienestar. Y si te sientes así, tienes todo el amor para dar, y cuando lo haces, no necesitas nada más.
      Bueno mi niña, la mujer. Preciosa. Tu sabes de tí, de esa que solo tu conoces. La mostrarás  cuando quieras hacerlo. Tu verdad estará ahí donde tú estás, y te esperará siempre. Sólo tú puedes verla. Recuerda, no nos busques porque ya nos tienes.  

      Sólo tienes que encontrarte tú.

      Tu padre y yo te queremos siempre. Así, como tú eres.

      Te damos TODOS LOS ABRAZOS Y BESOS para el resto de tu vida.

      Sabemos que siempre estamos en tu corazón como tú en el nuestro. Vive tranquila.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Carta al MIEDO

¿Qué es el miedo?
Todo lo que conocemos y nos provoca dolor.

Miedo a la enfermedad..
y aún así no nos cuidamos.

Miedo al sexo,
y nos morimos de deseo.

Miedo a no ser queridos,
y no damos amor.

Miedo de nosotros mismos..
y nos escapamos con el alcohol...

Miedo, miedo, miedo..
si lo enfrentáramos estaríamos mejor.

Miedo a mostrarnos,
y nos ocultamos.

Miedo a la libertad porque puede traernos soledad,
y nos quedamos prisioneros.

Miedo a la locura,
miedo a la cordura,
que si es consciente y no puede aceptar la realidad..
nos volvemos locos de verdad.

Miedo al amor,
miedo a ser felíz,
miedo por si se acaba,
miedo a sufrir.
 
Así nunca dejamos que la alegría entre en nosotros,
porque cuanto más sintamos, la opresión aumenta en proporción

Y para evitarlo, mejor cortarlo,
no vivirlo por si acaso.

Elejimos el sufrimiento conocido,
ya estamos acostumbrados.
Disponemos las defensas necesarias,
nuestra coraza está formada y debemos conservarla.

Así, impedimos descubrir, que más allá de nuestra armadura..
tenemos capacidad para vivir.

El miedo lo estropea todo.
Miedo a no ser aceptados y entonces,
compramos casas, coches, cosas materiales.

Para quitar ese miedo fomentamos otro.
¿Qué hacemos si lo perdemos?

Entonces lo aseguramos, por miedo por supuesto.
Caemos en nuestra propia trampa,
nos llenamos de deudas,
luego viene la crisis,
no hay quién nos sostenga.

¿Qué puede ocurrir?
Mientras persista el miedo a perder la comodidad..
estamos muertos.
¿Y si una revolución se manifiesta?
miedo a perderlo todo.
Llegados a este punto,
ya no tenemos nada que perder.

¿La vida tal vez?
y nosotros sin darnos cuenta.
¡Si no la estábamos viviendo!
¿Qué tal si perdemos el miedo?
¿Ese que es tan nuetro?

Yo, me niego.
Cuando lo comprendo, lo desprendo
y con él no me quedo.

Entonces me invade el amor, la libertad.
No me da miedo la muerte.
La abrazo cuando quiera que me llegue.
Sin objetivos, no me pierdo nada,
porque todo ha sido vivido en su momento.

Muy pocas veces he alcanzado este estado,
que me ha servido para verlo claramente, y comprobar,
que nos empeñamos en buscar fuera lo que tenemos dentro.
Dios, la fé, somos nosotros. No hay más.
Aún así soy muy terrenal.
¿Y tú, cuántos miedos tienes?