miércoles, 14 de agosto de 2013

Carta al MIEDO

¿Qué es el miedo?
Todo lo que conocemos y nos provoca dolor.

Miedo a la enfermedad..
y aún así no nos cuidamos.

Miedo al sexo,
y nos morimos de deseo.

Miedo a no ser queridos,
y no damos amor.

Miedo de nosotros mismos..
y nos escapamos con el alcohol...

Miedo, miedo, miedo..
si lo enfrentáramos estaríamos mejor.

Miedo a mostrarnos,
y nos ocultamos.

Miedo a la libertad porque puede traernos soledad,
y nos quedamos prisioneros.

Miedo a la locura,
miedo a la cordura,
que si es consciente y no puede aceptar la realidad..
nos volvemos locos de verdad.

Miedo al amor,
miedo a ser felíz,
miedo por si se acaba,
miedo a sufrir.
 
Así nunca dejamos que la alegría entre en nosotros,
porque cuanto más sintamos, la opresión aumenta en proporción

Y para evitarlo, mejor cortarlo,
no vivirlo por si acaso.

Elejimos el sufrimiento conocido,
ya estamos acostumbrados.
Disponemos las defensas necesarias,
nuestra coraza está formada y debemos conservarla.

Así, impedimos descubrir, que más allá de nuestra armadura..
tenemos capacidad para vivir.

El miedo lo estropea todo.
Miedo a no ser aceptados y entonces,
compramos casas, coches, cosas materiales.

Para quitar ese miedo fomentamos otro.
¿Qué hacemos si lo perdemos?

Entonces lo aseguramos, por miedo por supuesto.
Caemos en nuestra propia trampa,
nos llenamos de deudas,
luego viene la crisis,
no hay quién nos sostenga.

¿Qué puede ocurrir?
Mientras persista el miedo a perder la comodidad..
estamos muertos.
¿Y si una revolución se manifiesta?
miedo a perderlo todo.
Llegados a este punto,
ya no tenemos nada que perder.

¿La vida tal vez?
y nosotros sin darnos cuenta.
¡Si no la estábamos viviendo!
¿Qué tal si perdemos el miedo?
¿Ese que es tan nuetro?

Yo, me niego.
Cuando lo comprendo, lo desprendo
y con él no me quedo.

Entonces me invade el amor, la libertad.
No me da miedo la muerte.
La abrazo cuando quiera que me llegue.
Sin objetivos, no me pierdo nada,
porque todo ha sido vivido en su momento.

Muy pocas veces he alcanzado este estado,
que me ha servido para verlo claramente, y comprobar,
que nos empeñamos en buscar fuera lo que tenemos dentro.
Dios, la fé, somos nosotros. No hay más.
Aún así soy muy terrenal.
¿Y tú, cuántos miedos tienes?

4 comentarios:

Borja dijo...

Bonito ejercicio de sinceridad. Es muy difícil aceptar que tenemos miedos y hablar de ellos. Pero es el primer paso para aceptarlos, la única solución para querernos y seguir adelante, como bien dices.

Ese estado que "muy pocas veces has alcanzado" ya ha sido alcanzado, y lo que se consigue una vez se puede conseguir dos. Aceptar, comprender, y seguir, dura lección, muy dura pero necesaria y tremendamente satisfactoria

Gracias!

Gala Hoogstraten dijo...

El miedo...como mecanismo de defensa, de supervivencia, de adaptación al entorno...
El miedo a la muerte, a la enfermedad, a la no-aceptación, al terreno desconocido ¿o miedo a la vida?
El miedo a no alcanzar el ideal que dibujaron sobre nosotros...
El miedo...¡¡pasaríamos horas y tardes enteras hablando sobre él y cómo respirarlo!!
Porque al miedo podemos taparlo, ocultarlo, disfrazarlo, colorearlo, respirarlo, traspasarlo, sentirlo, verlo de frente o de reojo, guerrearlo o permitir que nos haga sombra...
¡¡Me encantó esta entrada en tu blog!!
Gracias por estas cartas profundas y con sentido :-D
Un abrazo y hasta pronto

rescatadora de momentos dijo...

¡Hola Borja!
Me agrada mucho tu comentario y tenerte por aquí es todo un honor. Ahora cuando tengo miedo.. estoy esperándole...para verle, mirarle y vencerle. Cada vez que lo hago crezco un poquito y nunca me arrepiento. Procuro ser lo más sincera que puedo conmigo..y confirmo constantemente que ese es el camino.

Y lo de alcanzar ese estado...tienes razón, si ya lo he logrado alguna vez...pueden llegar dos. La diferencia está en llegar voluntariamente o inconscientemente...pero llegará, y eso me da la seguridad para ser yo, porque sé, que si caigo..me levanto más cerca de ese lugar.

Muchas gracias y te recibiré encantada siempre que vengas!

Un abrazo

rescatadora de momentos dijo...

¡Hola Gala!

Que sorpresa tu aquí! Gracias por venir!

El miedo como mecanismo de defensa...y lo que has apuntado, no es por el miedo a morir?.
Cuando me concentro en esto y acepto que lo que es ES...consigo eliminar el miedo..tengo paz y espero que pase lo que tenga que pasar.

El miedo a no alcanzar el ideal que querían para nosotros...y decepcionar a los que nos quieren...demostrándonos a nosotros mismos que no somos lo suficientemente buenos para ser queridos..

Y cuando digo miedo a lo conocido, es porque creo que precisamente como hay un conocimiento previo de bueno o malo al respecto sobre algo...eso hace que aparezca el miedo y el rechazo, por si acaso.

¿Sino? ¿Porqué tememos el infierno y adoramos el cielo si los dos los desconocemos? Acaso alguien ha estado y ha vuelto? Son palabras que hemos aprendido identificando como el bien y el mal..y la necesidad de creer en algo porque nosotros no somos suficiente..hace que se instale el miedo nuevamente.

Si nos pusieran en un lugar desconocido de nombre, de terreno, totalmente diferente a lo que sabemos..Qué haríamos? Tal vez comenzaríamos a comparar con lo que ya conocemos..volviendo a lo mismo...o si eso no es posible...no actuariamos como de niños? Observando,tocando, oliendo, utilizando todos los sentidos..con cautela..y decidiendo y arriesgando por nosotros mismos...aprendiendo de lo que no nos siente bien! ¡VIVIENDO!

Gracias Gala por la aportación, no sé si te sirve de algo mi respuesta..pero sabes que es sincera.

Un beso grande!





Publicar un comentario