martes, 11 de marzo de 2014

Carta de la misma hija a su padre

Hola papa:

        Cuántos años separados, desperdiciando una relación no cultivada. ¿Porqué? ¿Por nuestras infancias? La tuya y como consecuencia también la mía. ¿Culpables? nosotros mismos por no tener el valor de afrontarlo y admitir que nos hemos equivocado para poder cambiar las cosas.

        Pero la vida nos da otra oportunidad, de conocernos, de estar un poco más, de sabernos padre e hija, sin rencores, sin reproches, desde la sinceridad, con nuestras inseguridades y nuestros miedos. ¿Qué difícil es eso verdad? Sin embargo, es la única manera de acercarnos como seres humanos.

        Ahora estás triste porque tu capacidad física se ve disminuida. ¿Durante cuánto tiempo la has gozado? Tal vez es tiempo de mirarse dentro y reconciliarse con uno mismo. Que uno, no es por lo que se ve, sino por el amor que aún tiene. 

        A tu alrededor hay cariño, pero que no sea a cambio de dinero...si no, ese sentimiento es pobre y se esfuma como la espuma, haciéndote prisionero.

        ¿Y tus hermanas? apenas conozco a mi familia y quiero saber quienes son y tener relación con ellas también. 

         Ahora sé que te quiero y que necesito conocerte. Que me parezco mucho a ti y que lo que siempre había rechazado como algo malo en mí, no es para tanto.

         Que cualquier persona con amor y responsabilidad tiene valor.
        
         Que yo hoy me siento mejor conmigo misma, que quiero mucho a mi hija y también a mi familia.
         
         Por mi parte no hay rencor aunque haya muchas dudas...pero al fin y al cabo el que fuiste ya no eres, lo que hiciste no se borra y entonces ¿que nos queda? Vivirnos el aquí y ahora, desde lo que hoy somos y hoy sabemos.

        ¿Acaso no es una buena razón para compartir el tiempo que nos queda?

         Yo también quiero aprovechar esta segunda oportunidad y vivir tranquila.

         Un abrazo de tu hija.

0 comentarios:

Publicar un comentario