jueves, 11 de julio de 2013

Sensaciones de un bocadillo

Cuando muy amablemente el camarero me ha servido el bocadillo, me ha dicho. -¡Qué aproveche!, con intención y no como una frase hecha.
Su energía me ha sorprendido y ha sugerido que mirase el bocadillo.
Yo estaba serenamente distraida observando el movimiento que había en la piscina, y la presencia de tan habitual manjar.. me ha dicho "merezco que me mires". ¡Vaya que sí!. Ahí tan grande como él era, apoyado en un plato a su medida.  Le he cogido con delicadeza y lo he probado.
¡Olééé!. Primero he sentido el crujir del pan, en su punto.  Luego he visto asomarse el jamón caliente acompañado de toda la parafernalia vegetal.. que advertía buen género, cariño y aprecio por
 EL BOCADILLO.
Quería ver la piscina porque estaban sucediendo muchas cosas.. pero el bocadillo reclamaba mi atención. Ya quedaba menos.. y no podía perder su hermosura. Por último, no he dejado de sorprenderme cuando he notado el punto agridulce..no sé si de una vinagreta con miel.., no soy experta.
He venido por casualidad, un poco taciturna.. y un bocadillo me ha levantado el ánimo.   GRACIAS

Pd.: Sin el gusto del cocinero.
       Sin la alegría del camarero.
       Esto no hubiera sido posible.

Fdo.: Una clienta casual.




He regresado varias veces, pero no he vuelto a tener las  mismas sensaciones.. Aparentemente todo era igual, menos mi estado.

CONCLUSIÓN

Los momentos son irrepetibles. Hay demasiadas variables. Sin embargo, buscamos repetirlos cuando nos ha gustado.  Y nunca es igual.  Puede ser mejor o peor, pero igual???

Pienso que cuando no esperamos nada, siempre es lo mejor que podemos vivir.. porque no está previsto.
No hay expectativas que cumplir, por tanto sino salen, no hay decepción.
Ni miedos que vencer.. porque como no sabíamos que iba a suceder.

¿Así que, nos damos cuenta de todas las posibilidades de momentos que tenemos y que nos perdemos.. por no dejarlos fluir con naturalidad por estar pensando en situaciones  no vividas.. porque necesitamos controlar?.


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