martes, 18 de junio de 2013

Carta a un hombre sencillo

No tienes que demostrar nada a nadie. Eres o no eres.
Si tienes que demostrar, es que no estás seguro de ti, basando tu seguridad en el valor que te da el otro.
Pero si eres, no hay nada que demostrar. Se ve, se transmite.
Independientemente de que el otro lo valore o no.

Seguro que eres un buen tío se confías en ti.
Seguro que tienes más virtudes de las que crees.
Seguro, si le das cabida a ese que sólo tú conoces.
Ese que sabe de si mismo, no de los demás.
A ese al que das un espacio muy pequeño.
Si sabes que lo tienes, le aceptas y lo entiendes.. no lo entierres.
Algún día te ayudará.

Si ninguno fingiéramos y dijéramos lo que pensamos sin temor a ser juzgados... sería más natural y no nos lo tomaríamos tan mal.

Cuando nos justificamos pienso que nos autoconvencemos porque no creemos que lo que hacemos está bien o que nos hemos equivocado.


Pd.: Gracias por inspirarme esta carta.
Fdo.: Alguien que pasaba por aquí.

0 comentarios:

Publicar un comentario